El amor es querer el bien para alguien. La misericordia es la capacidad de sentir compasión por los que sufren y brindarles apoyo. La palabra misericordia proviene del latín “misere” que significa “miseria, necesidad”; cor, cordis que indica “corazón” y “ia” que expresa “hacia los demás”
Ángel López Berlanga es un español de a pie. Cuenta en primera persona que se metió en el mundo de la droga, se hizo traficante, ganaba dinero, quería más, necesitaba más dinero para llevar ese tren de vida… hasta que un día lo detuvieron.
En Perú se vio con una condena de 12 años, en una cárcel donde cada día era posible morir. Pero ahí dentro, delincuente rodeado de delincuentes, un día se vio inmerso en una procesión. Y la imagen de la Cruz resonó en su alma. La Cruz fue perdón y liberación.
Su conversión le dio la libertad interior y le sanó las heridas hasta el punto de reconciliarse con los que más quería: su familia.
Contado por él mismo, este cambio en su vida es ahora el testimonio que da la ACdP para animar a todos a volver a Dios, que siempre nos busca (a cada uno en su cárcel).
Un ladrón junto a Jesús
«Ten esperanza: un ladrón se salvó» es el lema. Y es que la historia de Ángel recuerda, cómo no, a san Dimas, el buen ladrón que se arrepintió en el último momento, clavado junto a la Cruz de Jesús.
El vídeo busca a los ladrones, a los que están alejados, pero al verlo uno percibe que el protagonista es Cristo y su misericordia infinita. Y en ella cabemos todos. Todos somos el buen ladrón que nos damos cuenta de nuestra miseria y, si dejamos actuar a Dios en nuestra alma, nos acogemos al perdón de Dios. Todos necesitamos de Él.
La campaña se ha difundido por más de 40 ciudades españolas, con un cartel en las marquesinas que incluye un código QR. Escanéandolo, en el tiempo que viene el autobús o llegas a la parada del metro, se puede ver el vídeo con el testimonio de Ángel.
Además, la ACdP ha planteado un viacrucis en las calles de la ciudad de Málaga. Así, este año en el que no pueden celebrarse procesiones en la calle a causa de la pandemia, quien quiera puede hacer su propio recorrido y vivir espiritualmente la Semana Santa.
3. QUIENES AYUDAN A LOS DEMÁS SON LOS VERDADEROS HÉROES DE ESTA PANDEMIA
4. NO PENSEMOS EN NUESTROS INTERESES
5. VEAMOS ESTA PRUEBA PARA LABRAR UN FUTURO MEJOR, SIN DESCARTAR A NADIE
¿Qué hace el Papa Francisco en este tiempo de confinamiento? Reza más, pide por la conversión de las personas.
Según entrevistador Francisco vive este momento con discernimiento: Se pregunta cómo estamos llamados a vivir ahora este momento: llamados a la conversión y al sacrificio
Crecí en una casa de músicos, mis papás y mi hermana mayor tocaban la guitarra, siempre estaban tocando música en la casa. Mi niñez tuvo básicamente un soundtrack todo el tiempo, me sentí atraído por los ritmos y los tambores desde muy pequeño.
Cuando tenía cuatro años mi papá me enseñó a tocar un ritmo muy sencillo, básicamente el ritmo jeally bean (lo llamamos así por Michael Jackson). Es algo muy simple pero mi papá decía que este es el marco de referencia de todos los ritmos de baterías. Luego obtuve mi primera batería a los nueve, así que empecé a tomar clases, me uní a la banda de jazz en la preparatoria y luego en la universidad hice una licenciatura en música.
«Mi conversión comenzó el día en que me hice amigo de un católico, guitarrista también».
Cuando me convertí era un protestante cristiano, sin denominación. Llegué a Cristo en enero del 2009. Había hecho una apuesta con Raul Ukareda en Estonia -él es supernumerario del Opus Dei-, y me dijo que había leído un artículo sobre los Rival Sons en el que se decía que yo era cristiano (lea la historia de la conversión de Raul Ukareda). Me dijo “yo también soy cristiano”, entonces chocamos nuestras manos, nos identificamos al instante, y luego le pregunté “A qué iglesia vas?”, y me dijo “soy católico”. Yo me reí, pero desde entonces comencé una búsqueda para demostrarle que se equivocaba.
A las dos semanas, era yo el que estaba recibiendo catequesis para bautizarme como católico en la siguiente Pascua de Resurrección. No me tomó mucho tiempo descubrir la plenitud de la verdad. Esa es mi conversión en resumen, pero empezó cuando me hice amigo de un católico, que es guitarrista… uno de los mejores guitarristas también.
¿Cómo armonizas el ser católico y el estar en una banda de rock?
Bueno, en mi proceso de catequesis, estuve con un sacerdote del Opus Dei y comencé a hacer preguntas, no sólo sobre el catolicismo, sino también sobre el Opus Dei. Empecé a leer -y aún leo- Caminopara obtener inspiración diaria. Las enseñanzas de Josemaría me hablaron, estas frases tan sencillas y pequeñas me animaron a desear hacer mejor mi trabajo.
LAS ENSEÑANZAS DE JOSEMARÍA ME HABLARON, ESTAS FRASES TAN SENCILLAS Y PEQUEÑAS ME ANIMARON A DESEAR HACER MEJOR MI TRABAJO
Luego descubrí el plan de vida, es decir, organizar mi día como cristiano. Aún antes de ser católico, pensaba “Ok, estoy salvado, el Señor es mi salvador personal, ¿qué hago ahora?”. Ya había leído la Biblia y memorizado versículos, todos somos pecadores pero aún así estaba teniendo una vida que no quería seguir viviendo. Estaba “actuando” como cristiano pero no estaba «siendo» cristiano. Así que el plan de vida me ayudó a organizar mi día para que pudiera seguir poniéndole “gasolina al coche”.
GIRAS, CONCIERTOS, FANS, E IR A MISA, TELEFONEAR A MI MUJER, REZAR… PORQUE SÓLO CON LA CABEZA EN EL CIELO PUEDES TENER LOS PIES EN LA TIERRA.
Estar en una banda de rock es muy exigente, hay muchas tentaciones, hay mucha gente alrededor. El 99% del negocio es no católico, incluso no cristiano, algunos anticristianos y también anticatólicos. Es por lo tanto un entorno difícil, por eso debes tener “suficiente gasolina” y seguir un plan de vida. Sólo así puedes hacer amistad con Dios en una banda de rock, yendo de gira con diferente horario todos los días, cambiando de ciudad, buscando dónde ir a misa, acordarte de llamar a casa para hablar con mi esposa…
Como ve son muchos retos, pero el plan de vida ayuda a que me mantenga sano mentalmente y anclado a la realidad, porque cuando rezas, eso es real, cuando vas a misa, te das cuenta de lo que vale le pena en esta vida. Sólo con la cabeza en el cielo puedes tener de verdad los pies en la tierra.
SI USTEDES VEN UN CONCIERTO DE LOS RIVAL SONS Y VEN QUE MIRO HACIA ARRIBA ESTOY DIRIGIÉNDOME A DIOS
¿Cómo te pones en presencia de Dios antes de un concierto y cómo te mantienes en Su presencia durante el concierto?
Teniendo una constancia, un compromiso diario, para que no me pase que llegué el día del concierto y esté a punto de subirme al escenario y piense “Oh sí, Dios existe y lo amo..”.
Cuanto más constante eres en tratarlo en el día a día -mientras friegas los platos, conduces o estás con los amigos-, más fácil resulta acordarte de Él en un concierto ante 46.000 personas.
CUANTO MÁS CONSTANTE ERES EN TRATARLO EN EL DÍA A DÍA -MIENTRAS FRIEGAS LOS PLATOS, CONDUCES O ESTÁS CON LOS AMIGOS-, MÁS FÁCIL RESULTA ACORDARTE DE ÉL EN UN CONCIERTO ANTE 46.000 PERSONAS
Antes de subirme al escenario rezo, me alejo un poco de los muchachos, a una zona en donde pueda estar en paz, rezo a algunos santos, a los mismos cada día, para tener a mi pequeño ejército a mi lado. Así estoy «armado y peligroso» cuando salgo al escenario. Tengo un crucifijo en mi mesa de batería, en donde pongo mi toalla y mi botella de agua y la lista de canciones que tocaremos. Si ustedes ven un concierto de los Rival Sons y ven que miro hacia arriba, no sólo estoy viendo el techo, sino que es mi manera física de recordarlo (a Dios), de igual manera que cuando miro hacia mi crucifijo.
La gente suele ligar el heavy metal con Satán y con lo diabólico ¿es el metal algo diabólico en realidad?
Eso es muy general, hay muchas bandas de heavy metal, primero deberíamos definir lo que es el heavy metal, yo diría que Black Sabath, con quien estamos de gira alrededor del mundo, Ozzy Osborn y otros fueron los creadores del heavy metal, pero en particular su música es sobre temas espirituales. Si lees las letras de sus canciones te darás cuenta que están del lado «de los buenos». Ellos quieren luchar contra el mal, cuando ellos hablan de los demonios y de Satanás no están diciendo “yeii, vámonos de fiesta con el Demonio” lo que están diciendo es “sáquenlo de aquí”.
Algunos que tocan heavy metal sí son satánicos, no lo niego, pero creo que no todo el heavy metal es malo, es una forma de arte. Yo no compro discos de heavy metal, yo escucho jazz y música clásica.
Yo vivo de hacer música, pero a veces llego a casa y lo último que quiero hacer es prender la radio, al menos por una semana quiero silencio.
Hay una percepción errónea de lo que es el heavy metal, es rebelión, es pelo largo, es hacerse tatuajes, algunos se visten de negro… Sería muy fácil el poder colocar a la gente en una sola categoría. Pero yo diría que es similar a la Iglesia: nuestra Iglesia es católica y universal, pero tenemos a gente de todo el mundo, toda clase de personas.
En mi segunda Pascua estaba fuera de casa, estaba en gira y el Viernes Santo fui a misa y la gente se acercaba a besar la cruz, estaba en Inglaterra y ahí me di cuenta que la Iglesia es universal, porque había tanta variedad de personas y estilos, y de todas partes del mundo y creo que eso es una de las cosas más magníficas del Cuerpo de Cristo, que sea tan universal.
Michael, estás usando una camiseta con la cara de Juan Pablo II, ¿qué papel tiene Juan Pablo II en tu vida?
La compré a los 30 años sin saber quién era en realidad, pero la verdad es que me encanta esta playera. Pienso que usar esto es mucho más rock and roll que usar una playera de Led Zepelin o algo así.
Cuando los no creyentes ven al Papa se desequilibran un poco y piensan “oh, ahora tenemos que actuar de cierta manera” o «él me dirá que me voy a ir al infierno…”, y cosas así pero llevo tres años siendo católico y aún estoy aprendiendo que la fe es enorme.
Aprender sobre los santos, la vida de cada santo, los escritos de los santos, la influencia que tuvo un santo en la vida de otro y más de dos mil años de historia del catolicismo, eso es una locura.
EMPECÉ A LEER COMENTARIOS SOBRE AMOR Y RESPONSABILIDAD, TEOLOGÍA DEL CUERPO, Y ESTO ME AYUDÓ A SER MEJOR ESPOSO, UN MEJOR AMIGO PARA MI ESPOSA
Empecé a leer comentarios sobre Amor y responsabilidad, Teología del cuerpo, y esto me ayudó a ser mejor esposo, un mejor amigo para mi esposa. Juan Pablo II sus escritos, no creo que ninguno de nosotros, se dé cuenta de lo profundo que era, pienso que podríamos pasar siglos estudiándolo y no nos daríamos cuenta. Me encanta y el año pasado, en el día de la Virgen de Guadalupe vi un documental de cuando Juan Pablo II vino a México y lloré, porque era muy emocionante ver como se acercaba a los mexicanos y como millones de mexicanos se acercaban a él.
Luego antes de ir a una parrillada con mis amigos para celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe, me sentí un poco triste, porque antes no sabía quién era él, nunca conocí su grandeza sino hasta ahorita.
De las giras que has tenido alrededor del mundo ¿cuál es la experiencia que más te ha quedado?
A no juzgar un libro por su portada. En mis viajes he conocido a gente muy buena, católica y no católica, y a veces nuestro primer instinto es odiar, lo digo porque me toca vivirlo en primera persona. Cuando voy a misa, mucha gente se me queda mirando por los tatuajes y yo simplemente procuro poner más atención a lo que está pasando al frente, a veces por respeto a los demás y para que no se distraigan llevo manga larga.
Necesitamos amarnos entre nosotros, porque todo nuestro apostolado es sobre eso, amar al prójimo.
Y si tuviera que darles un consejo a los hombres es que sean fuertes, que sean buenos padres y buenos esposos, y que estén cerca de sus hijos. Creo que hay mucha ausencia de la figura paterna en las familias de todo el mundo. En Estados Unidos, muchos de los hombres que están en la cárcel es porque su papá no se involucraba con ellos. Una de mis grandes pasiones es hablar con hombres de cómo ser hombres de verdad, sé esto por experiencia, hasta que cumplí los 40 no sabía cómo era ser hombre. Si los jóvenes se dieran cuenta de esto antes, el mundo sería un lugar mejor. Los hombres de verdad rezan el Rosario.
El capellán y los miembros de la pastoral penitenciaria de Jaén, claves en este proceso: La Pastoral Penitenciaria de Jaén ha facilitado la carta de este recluso del que, sin embargo, conserva el anonimato
La Pastoral Penitenciaria realiza una importante labor que en muchas ocasiones no es ni conocida ni reconocida. Sin embargo, gracias a la labor de numerosos capellanes y miles de voluntarios, muchos presos encuentran a Dios tras unas historias terribles que les han llevado a prisión.
Es el caso de este joven de 25 años. Está actualmente en la cárcel andaluza de Jaén por homicidio, después de haber participado en una pelea que acabó con otro joven muerto. En una carta cuenta cómo se ha producido su proceso de conversión en el interior de la prisión y cómo da gracias a Dios por estar allí, pues ha sido el lugar donde asegura que ha encontrado la vida. COPE recoge el texto que les ha hecho llegar la Pastoral Penitenciaria de Jaén:
¿Cómo ha sido mi reencuentro con Dios y con la fe durante mi estancia en prisión?
Hola, tengo 25 años.
Nací en una familia humilde y trabajadora, tuve una infancia muy feliz y llena de buenos recuerdos. Fui bautizado a los pocos días de nacer y ese fue el comienzo de mi vida dentro de la fe cristiana y la institución de la Iglesia católica.
A medida que crecía, mi fe en Dios seguía incrementando. De algún modo siempre me sentí llamado por Dios a seguir el camino de la fe, incluso desde pequeño.
Hice la primera comunión como cualquier otro chiquillo y años después incluso formé parte del seminario menor de mi ciudad, a la vez que estaba muy metido en el mundo cofrade con una gran pasión…
Pasaron los años y por ciertas circunstancias empecé a alejarme de Dios con todo lo que ello conlleva. Viví mi adolescencia consumiendo drogas, robando por gusto y haciendo daño a otras personas debido a mis actos.
Con el tiempo fui a peor y acabé siendo una persona completamente distinta a la que mi familia había criado. Estaba en un camino totalmente opuesto a Dios. Sumergido en un mundo de violencia y delincuencia sin límites.
Pasaron años hasta que un día, ese mundo al que yo había sucumbido voluntariamente, y esa persona en la que me había convertido con el paso del tiempo, me pasaron la mayor de mis facturas….
Una noche, a la salida de una discoteca, se formó una trifulca y un chaval perdió la vida aquella noche debido a mi participación en aquella misma…
A los 4 días ingresé en la cárcel, acusado de un delito de asesinato. Había tocado fondo por completo. Recuerdo la primera mañana después de pasar la primera noche en prisión, me miré al espejo y me hice una pregunta que nunca olvidaré, ¿cómo he podido convertirme en esto? ¿Qué ha pasado? Pasé unos primeros días muy duros, en los que se me pasaba por la cabeza todo tipo de cosas…
A los pocos días, me crucé con un interno del módulo (el cual a día de hoy sigue siendo un gran amigo), y este me puso una biblia en la mano, y me dijo: “¿sabes que solo Él puede ayudarte y sacarte de donde estás, no?”. Yo le respondí que me sentía sin valor suficiente como para acudir a Dios después de tanto tiempo y tanto daño que había causado a tantas persona.
En seguida él se rió y me dijo: “Hermano, Él te conoce mejor que nadie y te ama más que nadie en este mundo, ¿a quién vas a acudir sino a Él?”. Aquel día, y después de tantos años, marcó un antes y un después. Me decidí a redimirme y orar durante largo rato aquella noche pidiéndole al señor que me ayudara a deshacer a esa persona en la que me había convertido; que me ayudara a arrepentirme de corazón de todo el mal que había causado durante tanto tiempo y a tanta gente y que desde entonces no me permitiera volver a alejarme de él y que me guiase poniendo su luz en mi camino, para que en medio de tanta oscuridad no me perdiese de nuevo.
Y así lo hizo. Aunque me costó asimilar el cambio que sabía que debía dar en mi vida.
Poco a poco empecé a depositar toda mi confianza en Él, a estudiar el Evangelio a diario y a dedicar largos ratos de oración dándole gracias por no haberme abandonado después de tanto y de todo.
Un día me trasladaron a la cárcel de Jaén. Me sentía hundido durante el viaje pensando en que me estaban distanciando de todos mis seres queridos y a duras penas confié en que Él tendría otros planes para mí. Y así fue. Llegué a Jaén y al segundo día de estar yo allí se acercó al módulo el capellán del centro preguntando por mí, y con una gran sonrisa, hablamos durante largo rato sobre mi vida, sobre mí y sobre mis propósitos con respecto a mi futuro y mi relación con Dios.
En seguida conectamos como si nos conociésemos ya de hace mucho. Y hoy en día estoy orgulloso de considerar al padre José Luis como uno de mis mentores espirituales más influyentes en mi vida, junto con “Pepe”, el cual es también capellán del centro y con el cual he tenido el gusto de compartir largos ratos de estudio sobre la biblia y sobre Dios, los cuales han sido indispensables en mi regreso personal a mis raíces católicas.
Después de 9 meses en la UTE (unidad terapéutica educativa) de Jaén, sigo agradeciéndole al Señor la gran oportunidad que me brindó al venir aquí, donde con su ayuda y la de todo el equipo de pastoral penitenciaria, funcionarios y educadores he podido darme cuenta de todas mis flaquezas y trabajarlas día a día. He podido reencontrarme con ese chiquillo que llevo dentro, ese que creció con una fe inagotable en Dios, la cual no deja de crecer cada día más.
El pasado 25 de junio tuve el honor de recibir el sagrado sacramento de la confirmaciónpor medio del señor obispo Don Amadeo. Fue un día en el que volví a sentirme como un niño, pude sentir como el Espíritu Santo se derramaba sobre mí y supe que desde entonces nada sería lo mismo. Sentí como la felicidad y la paz interior corría por todo mi cuerpo. Estaba listo para seguir mis pasos en el camino hacia Cristo Jesús, y por el camino intentar ayudar a tantos hermanos que están perdidos en la oscuridad y tanta necesidad tienen de Él y de su luz para que los guíe.
Hoy en día y después de casi año y medio preso a la espera de juicio, le doy gracias al Señor por estar aquí. Porque lo necesitaba, Él lo sabía y no me abandonó. Vivía en oscuridad y ahora veo luz, había perdido la fe y ahora me empapo de ella cada día al despertar.
Y ¿qué pasará conmigo en el futuro? No lo sé. Pero me basta con saber que Él estará conmigo y que velará por mí. Que a pesar de todo el mal que he cometido, en su inmensa misericordia ha sido capaz de perdonarme y de hacer borrón y cuenta nueva y que pase lo que pase estando a su lado seré capaz de superar cualquier bache en el camino. El día que regrese a la sociedad lo haré siendo una persona totalmente nueva que ha sido capaz de hallar la luz en lo más profundo de la oscuridad,
Michael Miley, baterista de los «Rival Sons» descubrió a Dios gracias a un amigo guitarrista. Desde entonces busca ser mejor padre, mejor esposo, mejor amigo y por supuesto, tocar la batería siempre con la mirada puesta en el Cielo.
Cuando me convertí era un protestante cristiano, sin denominación. Llegué a Cristo en enero del 2009. Había hecho una apuesta con Raul Ukareda en Estonia -él es supernumerario del Opus Dei-, y me dijo que había leído un artículo sobre los Rival Sons en el que se decía que yo era cristiano (lea la historia de la conversión de Raul Ukareda). Me dijo “yo también soy cristiano”, entonces chocamos nuestras manos, nos identificamos al instante, y luego le pregunté “A qué iglesia vas?”, y me dijo “soy católico”. Yo me reí, pero desde entonces comencé una búsqueda para demostrarle que se equivocaba.
Yo me reí, pero desde entonces comencé una búsqueda para demostrarle que se equivocaba. A las dos semanas, era yo el que estaba recibiendo catequesis para bautizarme como católico
A las dos semanas, era yo el que estaba recibiendo catequesis para bautizarme como católico en la siguiente Pascua de Resurrección. No me tomó mucho tiempo descubrir la plenitud de la verdad. Esa es mi conversión en resumen, pero empezó cuando me hice amigo de un católico, que es guitarrista… uno de los mejores guitarristas también.
¿Cómo armonizas el ser católico y el estar en una banda de rock?
Bueno, en mi proceso de catequesis, estuve con un sacerdote del Opus Dei y comencé a hacer preguntas, no sólo sobre el catolicismo, sino también sobre el Opus Dei. Empecé a leer -y aún leo- Caminopara obtener inspiración diaria. Las enseñanzas de Josemaría me hablaron, estas frases tan sencillas y pequeñas me animaron a desear hacer mejor mi trabajo.
Las enseñanzas de Josemaría me hablaron, estas frases tan sencillas y pequeñas me animaron a desear hacer mejor mi trabajo
Luego descubrí el plan de vida, es decir, organizar mi día como cristiano. Aún antes de ser católico, pensaba “Ok, estoy salvado, el Señor es mi salvador personal, ¿qué hago ahora?”. Ya había leído la Biblia y memorizado versículos, todos somos pecadores pero aún así estaba teniendo una vida que no quería seguir viviendo. Estaba “actuando” como cristiano pero no estaba «siendo» cristiano. Así que el plan de vida me ayudó a organizar mi día para que pudiera seguir poniéndole “gasolina al coche”.
Giras, conciertos, fans, e ir a misa, telefonear a mi mujer, rezar… porque sólo con la cabeza en el cielo puedes tener los pies en la tierra.
Estar en una banda de rock es muy exigente, hay muchas tentaciones, hay mucha gente alrededor. El 99% del negocio es no católico, incluso no cristiano, algunos anticristianos y también anticatólicos. Es por lo tanto un entorno difícil, por eso debes tener “suficiente gasolina” y seguir un plan de vida. Sólo así puedes hacer amistad con Dios en una banda de rock, yendo de gira con diferente horario todos los días, cambiando de ciudad, buscando dónde ir a misa, acordarte de llamar a casa para hablar con mi esposa…
Como ve son muchos retos, pero el plan de vida ayuda a que me mantenga sano mentalmente y anclado a la realidad, porque cuando rezas, eso es real, cuando vas a misa, te das cuenta de lo que vale le pena en esta vida. Sólo con la cabeza en el cielo puedes tener de verdad los pies en la tierra.
Si ustedes ven un concierto de los Rival Sons y ven que miro hacia arriba estoy dirigiéndome a Dios
¿Cómo te pones en presencia de Dios antes de un concierto y cómo te mantienes en Su presencia durante el concierto?
Teniendo una constancia, un compromiso diario, para que no me pase que llegué el día del concierto y esté a punto de subirme al escenario y piense “Oh sí, Dios existe y lo amo..”.
Cuanto más constante eres en tratarlo en el día a día -mientras friegas los platos, conduces o estás con los amigos-, más fácil resulta acordarte de Él en un concierto ante 46.000 personas.
Cuanto más constante eres en tratarlo en el día a día -mientras friegas los platos, conduces o estás con los amigos-, más fácil resulta acordarte de Él en un concierto ante 46.000 personas
Antes de subirme al escenario rezo, me alejo un poco de los muchachos, a una zona en donde pueda estar en paz, rezo a algunos santos, a los mismos cada día, para tener a mi pequeño ejército a mi lado. Así estoy «armado y peligroso» cuando salgo al escenario. Tengo un crucifijo en mi mesa de batería, en donde pongo mi toalla y mi botella de agua y la lista de canciones que tocaremos. Si ustedes ven un concierto de los Rival Sons y ven que miro hacia arriba, no sólo estoy viendo el techo, sino que es mi manera física de recordarlo (a Dios), de igual manera que cuando miro hacia mi crucifijo.
Al igual que Ulises, los protagonistas de estas historias consiguieron volver a casa después de un largo viaje, una Odisea que duró muchos años.
«En cualquier situación de la vida, no debo olvidar que no dejaré jamás de ser hijo de Dios, ser hijo de un Padre que me ama y espera mi regreso. Incluso en las situaciones más feas de la vida, Dios quiere abrazarme, Dios me espera».
“Con un grupo de la residencia Alborada tuvimos la oportunidad de acompañar al Santo Padre en su llegada a la Nunciatura el 17 de enero. Gracias a Dios y a la ayuda del cardenal Ezzati, pudimos entregarle personalmente una Virgen del Carmen como regalo. Fue muy emocionante.”
Enrique Blanco E.
“La cabo de Carabineros, Ximena, estaba cumpliendo su labor desde muy temprano, pues tenían que preparar todo lo necesario para el primer tramo que recorrería el Papa a su llegada a Santiago. Allí nos pusimos con un grupo de voluntarias para ser barrera Papal. Conversamos con Ximena sobre su trabajo y familia; nos contó que es muy católica y que estaba feliz de poder recibir al Santo Padre, pero que estaba muy cansada. Al despedirnos nuestra sorpresa fue muy grande: nos agradeció la motivación y energía con la que habíamos llegado, porque eso la hizo olvidar su cansancio y enfrentar este trabajo con ilusión y entusiasmo. Le dejamos un recuerdo del Papa para no olvidar este momento”
Marcela Vergara, voluntaria en Santiago.
“Fue muy emocionante como familia haber podido ir a darle la bienvenida al Santo Padre en la Nunciatura y ver cómo él, con toda sencillez, se bajaba a saludar a la gente que lo estaba
esperando en el lugar.
Además, tuvimos el regalo que nuestro hijo mayor fue elegido para darle las flores de bienvenida
Nos costó mucho quedarnos dormidos ya que no parábamos de pensar la suerte de haberlo visto tan cerca, a tan solo unos metros.
Además, tuvimos el regalo que nuestro hijo mayor fue elegido para darle las flores de bienvenida cosa que aún nos tiene llenos de emoción”.
Familia Bulnes del Campo.
“Estuve un poco lejos y el Papa pasó muy cerca. Vinimos y esperamos desde medianoche porque queremos mucho a Francisco. Me impresiona el cariño y buen humor entre los presentes. Transformación es el mensaje que me llevo en el corazón”.
Mane Cárcamo, viajó desde Viña del Mar.
“Estuve participando en el Coro de la Misa del Parque y lo que más me impresionó fue el recogimiento de todos durante la Misa y las palabras del Santo Padre que nos llamaban a la reconciliación. Todos quedamos muy emocionados, por la experiencia vivida, aún no me lo creo”
Patricia Leal, estudiante de doctorado venezolana.
“Acá estamos en la Misa del Parque O’Higgins, vinimos porque nos interpelan las palabras del Papa hacia una vida de entrega y generosidad. Como jóvenes, queremos ser los protagonistas de la historia, tal como nos invita. Impacta particularmente la energía alegre del Papa, que enseña con el ejemplo, a sus más de 80 años, la fortaleza prestada de Cristo”
Ignacio Stevenson, desde Santiago
“Vinimos a La Moneda, para poder ver y escuchar al Papa en familia. Me impresionó mucho su discurso, cuando dijo que sentía dolor y vergüenza ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me gustó que se subiera a la tarima al final a saludar a todos los que estábamos en la plaza”
María José Naranjo, desde Santiago.
“No hay palabras para definir la felicidad de este momento, ver a Pedro! Ver A Francisco, oírlo, simplemente estoy feliz”
Marcela Morales, Iquique
“Estoy en el Campus Lobito de Iquique y vine para encontrarme con Cristo en la tierra. Alegría, fiesta y fraternidad son algunas palabras que me marcaron en este encuentro, de las que se sirvió para explicar como las personas del norte vivimos nuestra fe. Me impactó como se reflejaba en su rostro la alegría y la paz del buen pastor”.
Margarita Enberg G, desde Iquique
“Soy profesor universitario y vine al campus Lobito de la UNAP no para conocer el lugar, si no porque soy católico y quiero conocer lo que nos dice el Papa. Me impresionó la afabilidad y el cariño del Santo Padre que se reflejaba en sus palabras y gestos. Se me quedaron grabadas sus palabras durante la homilía.
El día salió ligeramente nublado, y ahora brilla el sol. A mi espalda están los cerros y delante el mar. A la derecha el altar con la imagen de la Virgen de la Tirana, que será coronada por el Papa durante la Santa Misa. Al otro lado, la imagen de San Lorenzo de Tarapacá”
Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.
Ante todo, la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.
La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el saber renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desapego y desprendimiento.
De entre las distintas prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia, Ia vivencia de Ia caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: «Estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de Ia caridad; si deseamos Ilegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialisimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados».
Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquél a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos. Así, vamos construyendo en el otro «el bien más precioso y efectivo, que es el de Ia coherencia con la propia vocación cristiana» (Juan Pablo II).
Cómo vivir la Cuaresma
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.
2. Luchando por cambiar
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. Haciendo sacrificios
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa «hacer sagrado». Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.
La vida de Jesús, sobre todo en los tres años de su ministerio público, ha sido un incesante encuentro con las personas. Entre ellas, un lugar especial lo han tenido los enfermos. ¡Cuántas páginas de los Evangelios narran estos encuentros! El paralítico, el ciego, el leproso, el endemoniado, el epiléptico, e innumerables enfermos de todo tipo… Jesús se ha hecho cercano a cada uno de ellos y los ha sanado con su presencia y la potencia de su fuerza sanadora. Por lo tanto, no puede faltar, entre las Obras de misericordia, aquella de visitar y asistir a las personas enfermas.
Junto a esta podemos poner también aquella de estar cerca a las personas que se encuentran en la cárcel. De hecho, sean los enfermos que los encarcelados viven en una condición que limita su libertad. ¡Y justamente cuando nos falta, nos damos cuenta de cuanto esta sea preciosa! Jesús nos ha donado la posibilidad de ser libres no obstante los límites de la enfermedad y de las restricciones. Él nos ofrece la libertad que proviene de su encuentro y del sentido nuevo que este encuentro trae a nuestra condición personal.
Con estas Obras de misericordia el Señor nos invita a un gesto de grande humanidad: el compartir. Recordemos estas palabras: el compartir. Quien está enfermo, muchas veces se siente solo. No podemos ocultar que, sobre todo en nuestros días, justamente en la enfermedad se tiene la experiencia más profunda de la soledad que atraviesa gran parte de la vida. ¡Una visita puede hacer sentir a la persona enferma menos sola y un poco de compañía es una óptima medicina! Una sonrisa, una caricia, un apretón de manos son gestos simples, pero muy importantes para quien se siente estar abandonado a sí mismo. ¡Cuántas personas se dedican a visitar a los enfermos en los hospitales o en sus casas! Es una obra de voluntariado impagable. Cuando es hecho en el nombre del Señor, entonces se convierte también en expresión elocuente y eficaz de misericordia. ¡No dejemos solas a las personas enfermas! No impidamos a ellos encontrar alivio, y a nosotros ser enriquecidos por la cercanía con quien sufre. Los hospitales son verdaderas “catedrales del dolor”, donde también se hace evidente la fuerza de la caridad que sostiene y siente compasión.
Con el mismo criterio, pienso a quienes están encerrados en la cárcel. Jesús no se ha olvidado ni siquiera de ellos. Poniendo la visita a los encarcelados entre las obras de misericordia, ha querido invitarnos, en primer lugar, a no hacernos jueces de nadie. Cierto, si uno está en la cárcel es porque se ha equivocado, no ha respetado la ley y la convivencia civil. Por eso en la prisión, está descontando su pena. Pero cualquier cosa pueda haber hecho un encarcelado, él es siempre amado por Dios. ¿Quién puede entrar en lo íntimo de su conciencia para entender que siente? ¿Quién puede comprender el dolor y el remordimiento? Es demasiado fácil lavarse las manos afirmando que se ha equivocado. Un cristiano está llamado más bien a hacerse cargo, para que quien se ha equivocado comprenda el mal realizado y vuelva a sí mismo. La falta de libertad es sin duda una de las privaciones más grandes para el ser humano. Si a esta se agrega el degrado por las condiciones a menudo sin humanidad en la cuales estas personas se encuentran viviendo, entonces es realmente el caso en el que un cristiano se siente provocado a hacer de todo para restituir su dignidad.
Visitar a las personas en la cárcel es una obra de misericordia que sobre todo hoy asume un valor particular para las diversas formas de justicialismo al cual estamos sometidos. Por lo tanto, nadie apunte el dedo contra alguien. En cambio, todos volvámonos instrumentos de misericordia, con actitudes de comunión y de respeto. Pienso a menudo en los encarcelados… pienso a menudo, los llevo en el corazón. Me pregunto qué los ha llevado a delinquir y cómo hayan podido ceder a las diversas formas del mal. Sin embargo, junto a estos pensamientos siento que tienen todos necesidad de cercanía y de ternura, porque la misericordia de Dios cumple prodigios. ¡Cuántas lágrimas he visto derramarse sobre las mejillas de prisioneros que quizás, jamás en su vida habían llorado! Y esto sólo porque se sintieron acogidos y amados.
Y no olvidemos que también Jesús y los apóstoles han tenido la experiencia de la prisión. En los relatos de la Pasión conocemos los sufrimientos a los cuales el Señor ha sido sometido: capturado, arrastrado como un malhechor, ridiculizado, flagelado, coronado con espinas… ¡Él, el único inocente! Y también San Pedro y San Pablo estuvieron en la cárcel (Cfr. Hech 12,5; Fil 1,12-17). El domingo pasado – que ha sido el domingo del Jubileo de los encarcelados – en la tarde ha venido a verme un grupo de encarcelados padanos. Yo les pregunté qué cosa habrían hecho al día siguiente, antes de regresar a Padua. Me han dicho: “Iremos a la cárcel Mamertina para compartir la experiencia de San Pablo”.
Es bello… escuchar esto me ha hecho bien. Estos encarcelados querían visitar a Pablo prisionero. Es una cosa bella. A mí me ha hecho bien. Y también allí, en prisión, ha rezado y evangelizado. Es conmovedora la página de los Hechos de los Apóstoles en la cual es relatada la reclusión de Pablo: se sentía sólo y deseaba que alguno de los amigos lo visitara (Cfr. 2 Tim 4,9-15). Se sentía solo porque la gran mayoría lo había dejado solo… el gran Pablo.
Estas obras de misericordia, como se ve, son antiguas, y sin embargo siempre actuales. Jesús ha dejado aquello que estaba haciendo para ir a visitar, a visitar, a la suegra de Pedro; una obra antigua de caridad. Jesús lo ha hecho. No caigamos en la indiferencia, sino volvámonos instrumentos de la misericordia de Dios. Todos nosotros podemos ser instrumentos de la misericordia de Dios y esto hará más bien a nosotros que a los demás porque la misericordia pasa a través de un gesto, una palabra, una visita y, esta misericordia es un acto para restituir alegría y dignidad a quien la ha perdido. Gracias.
El pasado fin de semana he realizado el viaje apostólico a Georgia y Azerbaiyán. Doy gracias al Señor que me lo ha concedido y renuevo la expresión de mi gratitud a las Autoridades civiles y religiosas de estos dos Países, en particular al Patriarca de toda la Georgia Elías II – su testimonio me ha hecho mucho bien al corazón y al alma – y al Jeque de los Musulmanes del Cáucaso. Un agradecimiento fraternal a los Obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles que me han hecho sentir su caluroso afecto.
Este viaje ha sido el proseguimiento y la conclusión de aquel efectuado a Armenia, en el mes de junio. De este modo he podido – gracias a Dios – realizar el proyecto de visitar estos tres países caucásicos, para confirmar a la Iglesia Católica que vive allí y para animar el camino de estas poblaciones hacia la paz y la fraternidad. Lo evidencia también los dos lemas de este último viaje: para Georgia “Pax vobis” y para Azerbaiyán “Somos todos hermanos”.
Ambos países tienen raíces históricas, culturales y religiosas muy antiguas, pero al mismo tiempo están viviendo una fase nueva: de hecho, los dos celebran este año el 25° aniversario de su independencia, habiendo estado buena parte del siglo XX bajo el régimen soviético. Y en esta fase ambos encuentran diversas dificultades en los diversos ámbitos de la vida social. La Iglesia Católica está llamada a estar presente, a ser cercana, especialmente en el signo de la caridad y de la promoción humana; y ella trata de hacerlo en comunión con las otras Iglesias y Comunidades cristianas y en diálogo con las otras comunidades religiosas, con la certeza que Dios es Padre de todos y nosotros somos hermanos y hermanas.
En Georgia esta misión pasa naturalmente a través de la colaboración con los hermanos ortodoxos, que forman la gran mayoría de la población. Por eso, ha sido un signo muy importante el hecho que cuando llegué a Tiflis fue a recibirme al Aeropuerto, junto con el Presidente de la República, también al venerado Patriarca Elías II. El encuentro con él esa tarde ha sido conmovedor, como también lo fue al día siguiente la visita a la Catedral Patriarcal, donde se venera la reliquia de la túnica de Cristo, símbolo de la unidad de la Iglesia. Esta unidad es corroborada por la sangre de tantos mártires de las diversas confesiones cristianas. Entre las comunidades más afectadas esta aquella Asiria-Caldea, con la cual he vivido en Tiflis un intenso momento de oración para la paz en Siria, en Iraq y en todo el Oriente Medio.
La Misa con los fieles católicos de Georgia – latinos, armenios y asirios-caldeos – ha sido celebrada en la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones: ella nos recuerda que la verdadera misión nos es jamás proselitismo, sino atracción a Cristo a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos. Es esto lo que hacen los religiosos y las religiosas que he encontrado en Tiflis, como también en Bakú: lo hacen con la oración y con las obras de caritativas y promocionales. Los he animado a permanecer firmes en la fe, con memoria, valentía y esperanza. Y también están las familias cristianas: cuanto es preciosa su presencia de acogida, acompañamiento, discernimiento e integración en la comunidad.
Este estilo de presencia evangélica como semilla del Reino de Dios está, es posible, todavía más necesario en Azerbaiyán, donde la mayoría de la población es musulmana y los católicos son pocos centenares, pero gracias a Dios tiene buenas relaciones con todos, en particular mantienen vínculos fraternos con los cristianos ortodoxos. Por esto en Bakú, capital de Azerbaiyán, hemos vivido dos momentos que la fe sabe mantener en justa relación: la Eucaristía y el encuentro interreligioso.
La Eucaristía con la pequeña comunidad católica, donde el Espíritu armoniza las diversas lenguas y dona la fuerza del testimonio; y esta comunión con Cristo no impide, al contrario, impulsa a buscar el encuentro y el diálogo con todos aquellos que creen en Dios, para construir juntos un mundo más justo y fraterno. En esta perspectiva, dirigiéndome a las Autoridades Azerí, he deseado que las cuestiones abiertas puedan encontrar buenas soluciones y todas las poblaciones caucásicas vivan en la paz y en el respeto reciproco.
Dios bendiga a Armenia, Georgia y Azerbaiyán, y acompañe el camino de Su pueblo santo peregrino en estos Países. Gracias.
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